Malagueña
Juan Breva El Mellizo Chacón
La malagueña no es más que un cante que en sus principios se desgajó del tronco madre del fandango, trasformándose en flamenco debido a las grandes interpretaciones personales y comenzando a poseer cartas de naturaleza propia a través de Juan Breva, -, su precursor -, pero adquiriendo con Enrique El Mellizo y posteriormente con el jerezano Antonio Chacón categoría y relevancia.
Desde el punto de vista literario, la malagueña es una quintilla, es una estrofa compuesta por cinco versos octosílabos y con rima cruzada, ya sea asonante o consonante, aunque el intérprete repite -, como suele ocurrir con el fandango -, el primer o tercer verso. Sus letras o complas están casi siempre revestidas de enorme dramatismo, patetismo y solemnidad.
En cuanto a su aspecto musical podemos decir que no se ajusta a compás alguno, siendo por consiguiente, un estilo de cante libre, poseyendo además muchísimas modalidades o variantes, tantas como cantaores/as la interpretaron, aunque las más antiguas se le atribuyen al ya citado con antelación Enrique el Mellizo.
Veamos ahora y conozcamos ya sea muy someramente a sus más dignos y distinguidos cantaores, aquellos que cultivaron la malagueña con cierta o bastante categoría, aunque obligadamente hayamos de decir que omitimos, adredes, por supuesto, citar a Juan Breva pues, aún siendo su precursor, como dije al principio, éste lo que realmente interpretó fueron unos buenísimos fandangos abandolaos, aunque éstos fuesen la cepa madre de la malagueña y a quien hemos visto cuando tratamos el fandangos.
Autor: Niño de Salvorito
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Cristobal -